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¿Acabar con el trabajo precario, I? Notas de urgencia a la reforma laboral de 2006
Que la precariedad es muy alta en España es un hecho notorio, admitido por cualquiera. El dato se refiere, ante todo, a la que podríamos llamar precariedad estática, es decir, aquella que se manifiesta horizontalmente, respecto del total de la población ocupada, en un momento dado, y que oscila muy poco de un año a otro. Hablamos, en términos redondos, de un tercio precario del total de la población ocupada, lo que eleva el número de trabajadores desprovistos de estabilidad en el empleo a unos cinco millones trescientos mil, afectando además a casi el cincuenta por ciento de los jóvenes ocupados. Pero esto sabido, he observado que al transmitir las cifras a los estudiantes de Derecho o de Ciencias Sociales experimentan una reacción más bien positiva, quizá porque pensaban que las cosas estaban mucho peor. A la postre, observan, si dos tercios de la población ocupada dispone de un empleo estable, la situación no es tan trágica como suele pensarse. Es entonces cuando hay que poner ante sus ojos dos datos complementarios para que operen como parámetros referenciales: primero, que al inicio de la democracia, la precariedad estática no sobrepasaba el 15%, lo que significa que se ha duplicado una vez que la autonomía de la voluntad ha sustituido en buena medida a la vía heteronómica para la fijación de las condiciones de trabajo; segundo, que el porcentaje español de precariedad excede en veinte puntos a la media de la Unión Europea, situando a España a la cola de los Estados que la integran [...]
I. DATOS ELEMENTALES.
II. EL BUSILIS DE LA CUESTIÓN.
III. LA PRECARIEDAD ABONADA POR LA PRECARIEDAD.
IV. LAS BIEN INTENCIONADAS Y TIMORATAS MEDIDAS DE LA REFORMA.
1. Sustitución de las bonificaciones de cuotas por subvenciones a tanto alzado.
2. Extensión del contrato indefinido para fomento del empleo a los trabajadores en
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Que la precariedad es muy alta en España es un hecho notorio, admitido por cualquiera. El dato se refiere, ante todo, a la que podríamos llamar precariedad estática, es decir, aquella que se manifiesta horizontalmente, respecto del total de la población ocupada, en un momento dado, y que oscila muy poco de un año a otro. Hablamos, en términos redondos, de un tercio precario del total de la población ocupada, lo que eleva el número de trabajadores desprovistos de estabilidad en el empleo a unos cinco millones trescientos mil, afectando además a casi el cincuenta por ciento de los jóvenes ocupados. Pero esto sabido, he observado que al transmitir las cifras a los estudiantes de Derecho o de Ciencias Sociales experimentan una reacción más bien positiva, quizá porque pensaban que las cosas estaban mucho peor. A la postre, observan, si dos tercios de la población ocupada dispone de un empleo estable, la situación no es tan trágica como suele pensarse. Es entonces cuando hay que poner ante sus ojos dos datos complementarios para que operen como parámetros referenciales: primero, que al inicio de la democracia, la precariedad estática no sobrepasaba el 15%, lo que significa que se ha duplicado una vez que la autonomía de la voluntad ha sustituido en buena medida a la vía heteronómica para la fijación de las condiciones de trabajo; segundo, que el porcentaje español de precariedad excede en veinte puntos a la media de la Unión Europea, situando a España a la cola de los Estados que la integran [...]
I. DATOS ELEMENTALES.
II. EL BUSILIS DE LA CUESTIÓN.
III. LA PRECARIEDAD ABONADA POR LA PRECARIEDAD.
IV. LAS BIEN INTENCIONADAS Y TIMORATAS MEDIDAS DE LA REFORMA.
1. Sustitución de las bonificaciones de cuotas por subvenciones a tanto alzado.
2. Extensión del contrato indefinido para fomento del empleo a los trabajadores en