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Un Estatuto de Autonomía del siglo XXI
Toda reforma de los Estatutos de Autonomía supone e implica por definición y a su través una reforma del Estado. La reforma que se proyecta mediante los Estatutos de segunda generación, simbolizados por justa convención en la propuesta de Estatuto de Cataluña, representa una reforma en profundidad del Estado, habida cuenta de su sustancia, extensión y alcance. No se trata, en efecto, de una simple actualización de la esfera competencial autonómica o de la introducción de una concreta previsión orgánica, sino de la aprobación de normas estatutarias enteramente nuevas en concepto y contenido, operación ésta a la que, cuando menos respecto de alguno de los proyectos, el término “reforma” acaso haga escasa justicia. Valga la imagen del salto cualitativo: no pasamos del “Estatuto 1.0” a la versión 1.1 ó a la 2, sino más bien al “Estatuto 8.0” [...]
I. El proceso estatutario de segunda generación o la inexistencia de un modelo predeterminado
II. Hacia una estructura territorial del estado del siglo XXI. El problema de la colaboración y participación en un mundo globalizado
III. La necesidad de la reforma del conjunto. Una constitución para el siglo XXI, presupuesto de un moderno estado compuesto. El ejemplo del sistema de fuentes
IV. Una reflexión final. La elocuencia del proceso
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Toda reforma de los Estatutos de Autonomía supone e implica por definición y a su través una reforma del Estado. La reforma que se proyecta mediante los Estatutos de segunda generación, simbolizados por justa convención en la propuesta de Estatuto de Cataluña, representa una reforma en profundidad del Estado, habida cuenta de su sustancia, extensión y alcance. No se trata, en efecto, de una simple actualización de la esfera competencial autonómica o de la introducción de una concreta previsión orgánica, sino de la aprobación de normas estatutarias enteramente nuevas en concepto y contenido, operación ésta a la que, cuando menos respecto de alguno de los proyectos, el término “reforma” acaso haga escasa justicia. Valga la imagen del salto cualitativo: no pasamos del “Estatuto 1.0” a la versión 1.1 ó a la 2, sino más bien al “Estatuto 8.0” [...]
I. El proceso estatutario de segunda generación o la inexistencia de un modelo predeterminado
II. Hacia una estructura territorial del estado del siglo XXI. El problema de la colaboración y participación en un mundo globalizado
III. La necesidad de la reforma del conjunto. Una constitución para el siglo XXI, presupuesto de un moderno estado compuesto. El ejemplo del sistema de fuentes
IV. Una reflexión final. La elocuencia del proceso
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