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Diálogos en el Palatino: Los abogados, siempre los abogados
Ya había transcurrido una semana entera de aquel mes de septiembre del 455 d J.C. y Marco Publio Venator caminaba a grandes zancadas dentro de su bufete, ubicado en el modesto barrio de la Subura. Estaba realmente nervioso, y no era para menos, ya que acababa de finalizar el mes de feria de verano (por aquel entonces había otros treinta días de inactividad similar en invierno), y aún no había llegado un solo cliente. Nadie que trajese dinero, que el abogado necesitaba como al agua, tal vez más que al agua [...]
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Ya había transcurrido una semana entera de aquel mes de septiembre del 455 d J.C. y Marco Publio Venator caminaba a grandes zancadas dentro de su bufete, ubicado en el modesto barrio de la Subura. Estaba realmente nervioso, y no era para menos, ya que acababa de finalizar el mes de feria de verano (por aquel entonces había otros treinta días de inactividad similar en invierno), y aún no había llegado un solo cliente. Nadie que trajese dinero, que el abogado necesitaba como al agua, tal vez más que al agua [...]