Empresas transnacionales y regulación atípica de condiciones de trabajo

No son nuevas las dudas acerca de la efectividad del tradicional sistema de regulación internacional de mínimos laborales en el marco de la OIT. Su campaña sobre el trabajo justo -o decente, según su propia denominación-, articulada en torno a la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998, pone de manifiesto las dificultades para conseguir, por parte de muchos países no desarrollados, no ya el cumplimiento de los Convenios que constituyen el suelo mínimo en materia de condiciones de trabajo, sino la simple ratificación de alguno de ellos. Naturalmente, un elemento clave en el planteamiento del problema viene dado por el debate acerca de los efectos económicos generados por las normas laborales, debate que los procesos de mundialización se han encargado de reabrir. Se ha dicho que cabe vislumbrar algunas posibilidades de avance hacia la observancia universal de las normas fundamentales de la OIT, replanteando el debate desde la pregunta de si deben cumplirse esas normas laborales a la cuestión de cómo debe reforzarse su aplicación (Lee, p. 204). En este sentido, las consideraciones que siguen se orientan a analizar, sucintamente, la virtualidad de algunos mecanismos de establecimiento de reglas laborales que podrían calificarse como atípicos, en la medida en que obedecen a fórmulas diferentes a las tradicionales -regulación estatal, autonomía colectiva- y, a veces, se asemejan a medidas de conflicto, implicando, además, a otros sujetos, en principio ajenos al ámbito laboral. No se trata, por otra parte, de propuestas de exclusiva aplicación a las empresas de carácter transnacional, pero no cabe duda de que es en este campo donde han adquirido finalmente una mayor relevancia [...]