La Europa de la defensa pasa a la ofensiva

Un nuevo buque insignia, y una nueva batalla política por librar, recorre Europa: el robustecimiento de su política de defensa. De esta forma, la integración europea conecta su futuro con su pasado. En efecto, sus raíces profundas se encuentran en el estado de guerra civil europea que ha azotado históricamente al Viejo Continente. La unidad europea se concibió, como es bien sabido, como un proyecto de paz, de concordia - justamente galardonado en los últimos años por tal motivo- mediante la creación de solidaridades de hecho que hicieran no ya improbable, sino impensable de nuevo el enfrentamiento bélico. Así pues, a pesar de tener la Comunidad Europea un armazón esencialmente económico, se pudo desde un principio fundadamente hablar de una “comunidad de seguridad” para sí y de modelo de reconciliación para el exterior. No debemos olvidar esas lecciones aprendidas. La Unión Europea ha seguido apareciendo como una potencia civil y económica, no militar ni política propiamente, como un poder blando; incluso, dicho con alguna carga peyorativa, los europeos provendríamos de Venus [...]