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Riofrío – IV
Pocas semanas antes de mi viaje a Milán había aparecido por allí el juez, con su corte, para interrogar a Berlusconi. Pero éste no se presentó a la cita. Sus asesores le aconsejaron que no fuera. El juez carecía de cualquier competencia en aquella jurisdicción y, además, no le había comunicado de qué le acusaba ni cuál era la razón del interrogatorio. De manera que bastó con que invocara sus derechos fundamentales para que el instructor se acallara sin protestar. Se volvió a España después de una estancia fugaz en Italia a costa del presupuesto que pagan los españoles [...]
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Pocas semanas antes de mi viaje a Milán había aparecido por allí el juez, con su corte, para interrogar a Berlusconi. Pero éste no se presentó a la cita. Sus asesores le aconsejaron que no fuera. El juez carecía de cualquier competencia en aquella jurisdicción y, además, no le había comunicado de qué le acusaba ni cuál era la razón del interrogatorio. De manera que bastó con que invocara sus derechos fundamentales para que el instructor se acallara sin protestar. Se volvió a España después de una estancia fugaz en Italia a costa del presupuesto que pagan los españoles [...]
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