¿La sedición como cajón de sastre? Reflexiones al hilo de la Sentencia 459/2019, de 14 de octubre, de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo

El delito de sedición es una figura delictiva de largo historial tanto en el ordenamiento jurídico español como en el Derecho comparado. Ello no es casual: a lo largo de la historia moderna y contemporánea, ha constituido una de las herramientas más importantes de naturaleza jurídico-penal (puesto que también ha habido otras, en el Derecho penal militar, en el Derecho administrativo sancionador, en la legislación de excepción, así como a través de puras vías de hecho, administrativas, policiales y militares) con las que las autoridades se han enfrentado a las protestas sociales. Así, en efecto, algaradas, manifestaciones, motines, revoluciones, etc. han sido enfrentadas a lo largo de la historia por el Estado – entre otros recursos– calificando a manifestantes, rebeldes, alborotadores, etc. como “sediciosos”, acusándoles y enjuiciándoles por delito de sedición y aplicándoles las penas correspondientes (siempre graves); cuando no, peor aún, justificando, sobre la base de la concurrencia de dicho delito, el uso de la fuerza letal por parte de las fuerzas militares o de seguridad contra los sediciosos. […]