Diccionario panhispánico del español jurídico

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¿Hijastros del tiempo?

por Aguilar Tremoya, Miguel Ángel

Artículo
ISSN: 1885-009X
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Escribe Vasili Grossman en Vida y destino (Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2007) que hay una comprensión del tiempo completamente diferente, particular, que hace decir: “Mi tiempo... No es nuestro tiempo”. Es decir, que nos lleva a apropiarnos de un segmento temporal y nos excluye de otros. Grossman precisa que nada es más duro que ser hijastro del tiempo, que no hay destino más duro que sentir que uno no pertenece a su tiempo. Aquéllos a los que el tiempo no ama se reconocen al instante donde quiera que estén. Porque “el tiempo solo ama a aquéllos que ha engendrado: a sus hijos, a sus héroes, a sus trabajadores. No amará nunca, nunca, a los hijos del tiempo pasado, así como las mujeres no aman a los héroes del tiempo pasado, ni las madrastras aman a los hijos ajenos. Así es el tiempo. Se va ligero, sin hacer ruido. Ayer mismo todavía confiabas en ti, alegre, rebosante de fuerzas, hijo del tiempo. Y hoy ha llegado un nuevo tiempo, pero tú, tú no te has dado cuenta”. […]


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Escribe Vasili Grossman en Vida y destino (Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2007) que hay una comprensión del tiempo completamente diferente, particular, que hace decir: “Mi tiempo... No es nuestro tiempo”. Es decir, que nos lleva a apropiarnos de un segmento temporal y nos excluye de otros. Grossman precisa que nada es más duro que ser hijastro del tiempo, que no hay destino más duro que sentir que uno no pertenece a su tiempo. Aquéllos a los que el tiempo no ama se reconocen al instante donde quiera que estén. Porque “el tiempo solo ama a aquéllos que ha engendrado: a sus hijos, a sus héroes, a sus trabajadores. No amará nunca, nunca, a los hijos del tiempo pasado, así como las mujeres no aman a los héroes del tiempo pasado, ni las madrastras aman a los hijos ajenos. Así es el tiempo. Se va ligero, sin hacer ruido. Ayer mismo todavía confiabas en ti, alegre, rebosante de fuerzas, hijo del tiempo. Y hoy ha llegado un nuevo tiempo, pero tú, tú no te has dado cuenta”. […]


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