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Los medios de comunicación y la lucha contra la corrupción
El presente trabajo es un estudio crítico sobre la relación existente entre medios de comunicación y corrupción política. La estrategia del mismo consiste en desvelar la posición de los medios de comunicación como mediatizadores activos de la relación entre gobernantes y gobernados, de manera que la información sobre corrupción producida por los medios no se vea como el mero cumplimiento de una tarea asignada desde sus orígenes ilustrados a la prensa, a saber, su labor de watchdog o perro guardián de las libertades públicas y del buen gobierno. Vistas así las cosas, los medios se configuran como actores políticos con intereses particulares que interaccionan con los hechos y a los que confieren (o no) la entidad de noticiables en grados diversos. Los escándalos de corrupción política deben estudiarse a la luz de las narrativas periodísticas, a la luz de los condicionamientos empresariales de los medios y a la luz de la configuración de las relaciones entre el sistema político y el sistema mediático. Sólo así podremos encarar la cuestión de fondo que se plantea al final de este trabajo y que pregunta qué pueden hacer los medios de comunicación para acrecentar la calidad de la democracia extirpando o al menos limitando en ella la corrupción política.
I. Guardianes de la verdad.
II. No siempre es igual: corrupción y contexto.
III. Percepciones.
IV. Visibilidad.
V. Escándalo.
VI. Polaridades: los medios según dónde.
VII. Berlusconización.
VIII. Sesgo informativo en los medios privados.
IX. La calidad periodística, factor de corrupción.
X. ¿Qué pueden hacer los medios de comunicación para extirpar la corrupción política?
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El presente trabajo es un estudio crítico sobre la relación existente entre medios de comunicación y corrupción política. La estrategia del mismo consiste en desvelar la posición de los medios de comunicación como mediatizadores activos de la relación entre gobernantes y gobernados, de manera que la información sobre corrupción producida por los medios no se vea como el mero cumplimiento de una tarea asignada desde sus orígenes ilustrados a la prensa, a saber, su labor de watchdog o perro guardián de las libertades públicas y del buen gobierno. Vistas así las cosas, los medios se configuran como actores políticos con intereses particulares que interaccionan con los hechos y a los que confieren (o no) la entidad de noticiables en grados diversos. Los escándalos de corrupción política deben estudiarse a la luz de las narrativas periodísticas, a la luz de los condicionamientos empresariales de los medios y a la luz de la configuración de las relaciones entre el sistema político y el sistema mediático. Sólo así podremos encarar la cuestión de fondo que se plantea al final de este trabajo y que pregunta qué pueden hacer los medios de comunicación para acrecentar la calidad de la democracia extirpando o al menos limitando en ella la corrupción política.
I. Guardianes de la verdad.
II. No siempre es igual: corrupción y contexto.
III. Percepciones.
IV. Visibilidad.
V. Escándalo.
VI. Polaridades: los medios según dónde.
VII. Berlusconización.
VIII. Sesgo informativo en los medios privados.
IX. La calidad periodística, factor de corrupción.
X. ¿Qué pueden hacer los medios de comunicación para extirpar la corrupción política?