La Administración provincial, colonial, municipal y la justicia en la Hispania Romana (1): especial referencia a la Bética romana, su capital Corduba y los magistrados municipales y órganos con iurisdictio según la Lex Irnitana

Los historiadores han puesto de relieve con suficiente aproximación el estado de la península Ibérica en el momento crucial en el que los romanos comenzaron sus incursiones y sus conquistas por el solar hispano (habitada por un mosaico de pueblos, p. e. lusitanos, celtas, iberos, fusión de ambos pueblos, celtíberos --tronco de la península ibérica, según algunos estudiosos--, y vascones, etc. --recuérdese que desde el año 500 a.C los cartagineses tenían cierto dominio sobre los pueblos hispanos y además explotaban las minas de la Turdetania--, destacándose en numerosas investigaciones el origen indoeuropeo de la mayoría). Sin entrar ahora nosotros en toda la problemática de los pueblos prerromanos, fenicios, griegos y cartagineses, en relación a su influencia en la prehistoria peninsular, ni en la expansión cartaginesa por el territorio peninsular (la pérdida de control de las explotaciones, la hostilidad de los pueblos hispanos, la reconquista iniciada por Amilcar Barca en el año 237 a.C., la expansión por la península realizada por Asdrúbal y Aníbal, el pacto del Ebro del 226 a.C., entre Roma y Cartago, el apoyo romano al partido favorable a Roma de Sagunto, guerras púnicas, en suma, todo el entramado del conflicto de intereses de gran magnitud que enfrentó a las dos mayores potencias del Mediterráneo Occidental, Cartago y la República romana (enfrentamiento entre los dos ejércitos, el romano, que había desembarcado en Ampurias el 218 a.C., y el cartaginés, que había desembarcado en Gadir el 237 a.C, las influencias de los caudillos ibéricos como p.e. Istolacio, Indortes, los caudillos ílergetes Indibil y Mardonio, el caudillo lusitano Viriato, etc.), nos centraremos especialmente en la extensión de la soberanía de Roma fuera de Italia, concretamente en la península ibérica […]