Diccionario panhispánico del español jurídico

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Ciberyo, cibertodos. Sombras de post humanismo

por López Calvo, José

Artículo
ISSN: 1889-0016
Madrid IUSTEL 2022
Ver otros artículos del mismo número: 98

Como en el mito de la Caverna de Platón, percibimos sombras ajenas y emitimos sombras de nosotros mismos que nos perfilan.
Nuestra percepción está condicionada de manera creciente por técnicas de manipulación que distorsionan la realidad, cada vez más difícil de discernir de las sombras apreciables.
Y nuestra proyección en internet se convierte en nuestro “hombre duplicado”, nuestro ciberyo que nos sustituye y convierte en una identidad digital omnicomprensiva de nosotros mismos, indeleble y eterna.
Sombra en manos de las grandes tecnológicas que se convierten en dueñas de nuestra esencia, de nuestra alma. Inaccesibles a las autoridades y a la democracia en un mundo realmente paralelo que recoge nuestros pensamientos, grandezas, pecados, inquietudes o emociones. Nuestro espíritu. Al englobar todos los trazos que hemos dejado en la red, segundo a segundo, desde su creación.
Que suministran ingentes elementos e indicadores para perfilarnos, empaquetar nuestra información para venderla como un producto más, e incluso puntuarnos institucionalmente como ya se hace en China, en una distopía que ya es real. En un Nuevo mundo sometido a reglas que no conocen tiempo y territorio. Con grandes dificultades para recibir explicaciones inteligibles de las razones que derivan en las decisiones automatizadas que nos afectan.
Nuestra identidad digital permanecerá en tumbas cibernéticas para siempre y nos hace eternos. En servidores de las grandes multinacionales tecnológicas que permitirán, cuando la ciencia lo haga posible, desde un improbable juicio final que analice nuestra ristra de conductas hasta una posible reencarnación en una carcasa de cables y bytes. Como nuestra alternativa robótica.
Y no solo es nuestro backup como personas. Ante los más que alarmantes síntomas de colapso de la humanidad en unas décadas, internet se avizora como una cápsula del tiempo destinada a civilizaciones ajenas a nuestro sistema solar. Nuestro estertor, esencia y sonda en el tiempo.
Nuestra identidad digital como individuos y colectivo se convierten así en el Uno de Platón, en el Aleph. Y en nuestro inconsciente legado.

Tabla de Contenidos

INTRODUCCIÓN
1) PERFILES DEL CIBERYO
2) HABITA EN UN MUNDO ALTERNATIVO QUE TIENE REGLAS ALTERNATIVAS
3) NOS HA HECHO ETERNOS. NUESTRO LEGADO INDIVIDUAL Y EL LEGADO DE LA HUMANIDAD


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Como en el mito de la Caverna de Platón, percibimos sombras ajenas y emitimos sombras de nosotros mismos que nos perfilan.
Nuestra percepción está condicionada de manera creciente por técnicas de manipulación que distorsionan la realidad, cada vez más difícil de discernir de las sombras apreciables.
Y nuestra proyección en internet se convierte en nuestro “hombre duplicado”, nuestro ciberyo que nos sustituye y convierte en una identidad digital omnicomprensiva de nosotros mismos, indeleble y eterna.
Sombra en manos de las grandes tecnológicas que se convierten en dueñas de nuestra esencia, de nuestra alma. Inaccesibles a las autoridades y a la democracia en un mundo realmente paralelo que recoge nuestros pensamientos, grandezas, pecados, inquietudes o emociones. Nuestro espíritu. Al englobar todos los trazos que hemos dejado en la red, segundo a segundo, desde su creación.
Que suministran ingentes elementos e indicadores para perfilarnos, empaquetar nuestra información para venderla como un producto más, e incluso puntuarnos institucionalmente como ya se hace en China, en una distopía que ya es real. En un Nuevo mundo sometido a reglas que no conocen tiempo y territorio. Con grandes dificultades para recibir explicaciones inteligibles de las razones que derivan en las decisiones automatizadas que nos afectan.
Nuestra identidad digital permanecerá en tumbas cibernéticas para siempre y nos hace eternos. En servidores de las grandes multinacionales tecnológicas que permitirán, cuando la ciencia lo haga posible, desde un improbable juicio final que analice nuestra ristra de conductas hasta una posible reencarnación en una carcasa de cables y bytes. Como nuestra alternativa robótica.
Y no solo es nuestro backup como personas. Ante los más que alarmantes síntomas de colapso de la humanidad en unas décadas, internet se avizora como una cápsula del tiempo destinada a civilizaciones ajenas a nuestro sistema solar. Nuestro estertor, esencia y sonda en el tiempo.
Nuestra identidad digital como individuos y colectivo se convierten así en el Uno de Platón, en el Aleph. Y en nuestro inconsciente legado.

Tabla de Contenidos

INTRODUCCIÓN
1) PERFILES DEL CIBERYO
2) HABITA EN UN MUNDO ALTERNATIVO QUE TIENE REGLAS ALTERNATIVAS
3) NOS HA HECHO ETERNOS. NUESTRO LEGADO INDIVIDUAL Y EL LEGADO DE LA HUMANIDAD


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