Estado Democrático de Derecho y Tribunal Constitucional (en el 45.º aniversario de la Constitución)

Celebramos que nuestra Constitución ha cumplido cuarenta y cinco años. Nos ha proporcionado a los españoles el mayor y mejor período de convivencia en paz y en libertad, ha instaurado una democracia avanzada, proclama y protege nuestros derechos y libertades como personas y ciudadanos, ha descentralizado el Estado y reconocido el derecho a la autonomía política de las comunidades autónomas dentro de la unidad de la Nación española, ha consagrado la Monarquía parlamentaria como forma política del Estado, y nos ha deparado una etapa de bienestar social a la que no ha sido ajena la constitucionalización del Estado democrático de Derecho como social, que en modo alguno es una formulación constitucional vacía de contenido en las democracias representativas liberales. La Constitución ha sido la fuente de penetración en nuestro ordenamiento del Derecho internacional y europeo de los derechos y ha permitido la magna operación de cesión del ejercicio de competencias derivadas de la Constitución a la Unión Europea con la consecuencia de la integración de su ordenamiento jurídico en el nuestro, regido aquél por el principio de primacía aplicativa. Todo lo dicho es tan conocido que no habría que reiterarlo si no fuera para celebrar el cumpleaños de la Constitución y agradecer a sus “padres” y a las Cortes constituyentes el trabajo bien hecho y congratularnos de la sabiduría del pueblo español que la ratificó en referéndum. Para mi generación y para la generalidad de los ciudadanos y ciudadanas fue y es la Constitución de las libertades y de la igualdad como valor de transformación social.
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