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La iniciativa ciudadana europea y su reforma en 2019: un balance teórico-práctico
La iniciativa ciudadana europea (art. 11.4 TUE) es un mecanismo de participación que surgió con el objetivo de revitalizar la vida democrática de la Unión y facilitar la intervención de la sociedad civil organizada en los asuntos europeos. Sin embargo, tras su primera regulación en 2011, tan sólo siete iniciativas -de un total de 119 presentadas- han resultado atendidas por la Comisión hasta la actualidad, fracasando la mayoría de ellas por falta de apoyo. La Unión se propuso mejorar la operatividad del mecanismo a través del Reglamento 2019/788, introduciendo mejoras en el sistema de recogida de apoyos, la difusión de las iniciativas, habilitando la firma electrónica e introduciendo una leve minoración en el número y la representatividad de los apoyos requeridos. Sin embargo, el carácter sui generis y no vinculante de la ICE no siempre favorece que los colectivos la perciban como un instrumento útil para la demanda de intereses, problemas a los que se suman otros ya conocidos como la particular legitimidad de la Unión y un diseño institucional complejo. Es preciso analizar las principales novedades del Reglamento y comprobar a través de los datos si verdaderamente estamos ante un mecanismo efectivo de gobierno abierto.
1.INTRODUCCIÓN
2.PARTICIPACIÓN COMO RESPUESTA A LA CRISIS DE LEGITIMIDAD
3.LA REGULACIÓN DE LA ICE:
3.1.Los aspectos esenciales: art. 11.4 TUE
3.2.El Reglamento 2019/788:
3.2.1.La recogida de apoyos como principal escollo
3.2.2.El registro y los requisitos formales y materiales
3.2.3.La tramitación de la ICE
4.LA INCIDENCIA PRÁCTICA DEL INSTRUMENTO:
4.1.Los promotores de las iniciativas
4.2.Los resultados de las iniciativas
5.CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
- Formato: PDF
- Número de páginas: 26
- Tamaño: 279 Kb.
La iniciativa ciudadana europea (art. 11.4 TUE) es un mecanismo de participación que surgió con el objetivo de revitalizar la vida democrática de la Unión y facilitar la intervención de la sociedad civil organizada en los asuntos europeos. Sin embargo, tras su primera regulación en 2011, tan sólo siete iniciativas -de un total de 119 presentadas- han resultado atendidas por la Comisión hasta la actualidad, fracasando la mayoría de ellas por falta de apoyo. La Unión se propuso mejorar la operatividad del mecanismo a través del Reglamento 2019/788, introduciendo mejoras en el sistema de recogida de apoyos, la difusión de las iniciativas, habilitando la firma electrónica e introduciendo una leve minoración en el número y la representatividad de los apoyos requeridos. Sin embargo, el carácter sui generis y no vinculante de la ICE no siempre favorece que los colectivos la perciban como un instrumento útil para la demanda de intereses, problemas a los que se suman otros ya conocidos como la particular legitimidad de la Unión y un diseño institucional complejo. Es preciso analizar las principales novedades del Reglamento y comprobar a través de los datos si verdaderamente estamos ante un mecanismo efectivo de gobierno abierto.
1.INTRODUCCIÓN
2.PARTICIPACIÓN COMO RESPUESTA A LA CRISIS DE LEGITIMIDAD
3.LA REGULACIÓN DE LA ICE:
3.1.Los aspectos esenciales: art. 11.4 TUE
3.2.El Reglamento 2019/788:
3.2.1.La recogida de apoyos como principal escollo
3.2.2.El registro y los requisitos formales y materiales
3.2.3.La tramitación de la ICE
4.LA INCIDENCIA PRÁCTICA DEL INSTRUMENTO:
4.1.Los promotores de las iniciativas
4.2.Los resultados de las iniciativas
5.CONCLUSIONES
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